Las nubes se equivocaron. Gabriel Favale hizo sonar su silbato para que comenzara el encuentro y no para que descargaran toda su furia sobre el Monumental. A partir de ese momento la lluvia se transformó en un castigo para los hinchas.
El aguacero fue creciendo con el correr de los minutos, y terminó siendo impiadoso a partir de los 10 minutos de juego. Los truenos y los relámpagos despertaban el tradicional "uhhhh" entre las hinchadas de ambos equipos. El único que no se percató de la situación fue Gabriel Favale, que debió haber suspendido el encuentro varios minutos antes.
"Fue una locura. En mi vida vi algo igual. Me pregunto qué hubiera pasado si se moría alguien por la caída de algún rayo sobre el estadio", comentó Luis Pérez Medina, uno de los tantos fanáticos que se empaparon,
El abrupto final del encuentro no llevó calma. Al contrario, generó momentos de incertidumbre. La mayoría de los hinchas prefirieron quedarse en el estadio, esperando que bajara el agua que había inundado las calles.
"Es increíble cómo llovió. Está todo lleno de agua. No sé a qué hora vamos a poder salir de acá. Espero que sea rápido", bromeó Miguel Angel Russo, director técnico de Racing.
Fernando Décima, simpatizante "decano" que había escuchado las palabras del entrenador, agregó: "¡maestro! Esto es Atlético y puede pasar cualquier cosa. No hay que asustarse". Después, mojado, se fue a su casa.
Emoción en la tribuna
"Me emocioné muchísimo cuando escuché a los dos hinchadas cantando 'el que no salta es un inglés'. Es un reconocimiento a los que estuvieron en Malvinas", comentó Marcelo Márquez, ex combatiente que presenció el encuentro. "Lástima los que quedaron allá y los que después se suicidaron... Es un sentimiento muy fuerte", destacó.
El aguacero fue creciendo con el correr de los minutos, y terminó siendo impiadoso a partir de los 10 minutos de juego. Los truenos y los relámpagos despertaban el tradicional "uhhhh" entre las hinchadas de ambos equipos. El único que no se percató de la situación fue Gabriel Favale, que debió haber suspendido el encuentro varios minutos antes.
"Fue una locura. En mi vida vi algo igual. Me pregunto qué hubiera pasado si se moría alguien por la caída de algún rayo sobre el estadio", comentó Luis Pérez Medina, uno de los tantos fanáticos que se empaparon,
El abrupto final del encuentro no llevó calma. Al contrario, generó momentos de incertidumbre. La mayoría de los hinchas prefirieron quedarse en el estadio, esperando que bajara el agua que había inundado las calles.
"Es increíble cómo llovió. Está todo lleno de agua. No sé a qué hora vamos a poder salir de acá. Espero que sea rápido", bromeó Miguel Angel Russo, director técnico de Racing.
Fernando Décima, simpatizante "decano" que había escuchado las palabras del entrenador, agregó: "¡maestro! Esto es Atlético y puede pasar cualquier cosa. No hay que asustarse". Después, mojado, se fue a su casa.
Emoción en la tribuna
"Me emocioné muchísimo cuando escuché a los dos hinchadas cantando 'el que no salta es un inglés'. Es un reconocimiento a los que estuvieron en Malvinas", comentó Marcelo Márquez, ex combatiente que presenció el encuentro. "Lástima los que quedaron allá y los que después se suicidaron... Es un sentimiento muy fuerte", destacó.